viernes, 11 de abril de 2025

Agua, flores, tiempo

 

*1* 

Un domingo de Marzo de 1969

-Mirala, qué linda y chiquita. 

-Si, era muy linda. 

 En la plaza, una nenita con trenzas largas se hamaca con energía, no se da cuenta de que una pareja la está mirando. Una mujer, su madre, se acerca y le dice: “A casa, Maricarmen, ya pronto hará frío”. Y se alejan ellas dos, otra mujer y un nene muy rubio y muy saltarín. 

-Va a ser difícil acercarse. No la dejan sola ni a sol ni a sombra. 

-Cuando está en la casa la dejan sola. En el parque juega sola. 

-¿Nos dejará acercarnos?

-Es mejor usar el Dispositivo de Carga a Distancia. 

-La última vez que lo usamos lo vieron y casi lo destrozan. 

-Esta vez no hay guerra, y ellas son más curiosas que miedosas. 

 

*2*

 Una luz brillante y sólida se movía sobre el jardín. Parecía venir de la calle, y se quedó un instante inmóvil. Después desapareció sin dejar rastros. 

 -¡Mami! ¡Un ovni!

-¿Dónde, dónde? - dice la mujer, mientras corre, se seca las manos en el delantal, y se acomoda un mechón de pelo que le tapa un ojo. 

 Del ovni no queda nada, pero la mujer lo recordará siempre y dirá: “llegué tarde para verlo, pero claro que estaba ahí, ¿por qué iba a ser mentira?”

 

*3*

-Insertemos la respuesta al desencadenante. 

-¿Por qué no primero el desencadenante? 

-La respuesta es lo que queremos conseguir, eso no puede fallar, hay que hacerlo con cuidado. El desencadenante puede ser cualquier cosa. 

-Ya inserté el mensaje. ¿Responderá?

-Siempre queda la posibilidad de que algo funcione fuera de lo previsto. Y su voluntad es lo más imprevisto. 

-¿Desencadenante? 

-La abuela nos contaba ese cuento de Cordwaider Smith, “Piensa azul, cuenta hasta dos”... 

-Usemos otro cuento, el que escribió ella. Que sea el título. 

-“Agua, flores, tiempo”, entonces. 

 

*4*

Un viernes de Marzo de 2025

 Ese atardecer, al finalizar el taller de escritura, tirábamos palabras a pedido de Nati. ¿O de Iara? Tengo que ir registrando en el cuaderno las fechas y lo que vamos diciendo, y las correcciones que podría hacer a lo que escribo. Es importante. Puede ser que aparezcan más claves. 

Bueno, tirábamos palabras, y al finalizar alguien dijo:

-Entonces serían: “agua, flores, tiempo”

 Y en ese instante escuché sus voces, pero no era un recuerdo, sonaban en presente, dentro de mi cabeza: 

-Hola, abuela. Soy yo, Vicky. 

-Y yo, Bastian. 

-Este recuerdo que te aparece ahora lo hicimos hace muchos años, esa vez que viste el ovni. Somos tus nietos, aunque todavía no nos conocés, no nacimos en tu tiempo. 

-Necesitamos enderezar la octava, ya viste que este mundo está en pleno cambio. Es nuestro trabajo colaborar. 

-Cuando llegue el momento, vas a escribir un cuento. No pienses mucho, escribilo.

-Escondidas van a estar las palabras que resuenen en los que lo lean, y en ese momento va a cambiar el carril de sus vidas. 

-Te queremos.

-Mucho.

 

Y yo, que siempre confié en Dios, ese Ser que abarca Todo y que encendió una chispa que es parte de Él en cada ser existente, les creí sin conocerlos, y escribí este cuento, que está cambiando tu vida, lector…si es tu voluntad divina que eso suceda. 

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