viernes, 11 de abril de 2025

Las puertas de los peces

Ayer el aire olía a pasto tierno, 

 me trajo la memoria de la infancia: 

 tío Abel cortaba el césped. Su fragancia 

 desata nudos de mi fuero interno. 

 

Sin horarios, sin anclas, sin gobierno 

cada día. Todo instante es ganancia. 

Hay asombro feliz, y es la sustancia 

 que disuelve los miedos y el invierno.

 

 Alumbré mi camino con mis canas. 

Gocé dichas; hubo penas, tuve dudas. 

Cambió el cielo, salió el sol muchas veces, 

 

 y vuelven a abrazarme estas mañanas 

 las viejas alegrías antes mudas. 

Y se abrieron las puertas de los peces.

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